Entrenar con la persona amada o un amigo puede ser maravilloso, pues además de tener un beneficio para nosotros mismos y al otro, entrenamos en buena compañía, es decir, el tiempo pasa más rápido, conversamos en ciertos casos (no siempre), nos incentivamos y sentimos menos añoranzas. Sin embargo algunos cuidados debería ser tomados, pues algo tan bueno no puede volverse motivo de pelea o disentimiento.Somos seres humanos únicos, por lo tanto tenemos una individualidad biológica que debe ser respetada. Además, tenemos gustos, objetivos y respuestas adaptativas diferentes.
No queremos decir que el marido/novio/amigo y la mujer/novia/amiga no puedan entrenar juntos, por el contrario, incentivamos y apoyamos esta actitud. Sin embargo se cita algunas indicaciones simple para evitar trastornos comunes, que ya presencié en mi trabajo.
* Elegir una actividad que a ambos gusten.
* Sugerir un horario bueno para los dos.
* Hacer una evaluación física, observar sus propios límites y los del compañero.
* Se se tuvieren niveles de acondicionamientos diferentes, intentaar adaptarse a la actividad. Ejemplo: La mujer corre, sin embargo el varón aún sólo consigue caminar, entonces recomendamos buscar un local pequeño, ir juntos, negociar, calentar con ella (caminando). Por otro lado, quizás ella necesite de la ayuda del varón en la musculación, y el varón tenga más facilidad con las pesas. Combinar el entrenamiento es una opción que se debe tomar siempre.
* Ser compañeros por encima de todo, Para ello se tendrá que abrir mano a algunas cosas, así como en la vida real, sin embargo vale la pena.
* Si cada uno gusta de una cosa, ok. Aun así, ciertamente existirá alguna actividad física que puede ser hecha en conjunto.
* Desde el punto de vista de la fisiología, si una actividad es placentera, libera más endorfinas.
Por lo tanto no se debe perder tiempo, es la hora de llamar al compañero, y salir del sedentarismo...
