Reduce los carbohidratos: Al hacer esto, el cuerpo deberá recurrir a la grasa almacenada para obtener energía. Así que una buena forma de comenzar es reducir a la mitad la ingesta de carbohidratos, sin variar la rutina (por supuesto que hay que entrenar, sino nada de esto servirá). Esto, además de reducir la cantidad de calorías que se ingieren, mantiene a raya los niveles de insulina, que son causantes del aumento del apetito.
La forma más sencilla de lograr esto es reducir a la mitad las porciones. Pero continuar por tiempo indefinido con este tipo de métodos termina por ser perjudicial, así que es importante restringirlo a sólo 4 días. El introducir nuevamente los carbohidratos luego de esta reducción drástica acelera el metabolismo.
La hormona del crecimiento: Las hormonas también son importantes cuando se desea adelgazar. Evita comer carbohidratos en tu última comida del día. Cuando uno se va a dormir con bajos niveles de azúcar en sangre, el cuerpo se encuentra en mejor posición para producir hormona del crecimiento, lo que acelera el metabolismo y favorece la pérdida de grasas.