
El plan básico para embarazadas se debe centrar en los principales grupos musculares, evitando trabajar con grandes cargas o sobre superficies desestabilizadoras.
Consulta a tu médico. Si tu embarazo es de bajo riesgo y no tienes ninguna lesión de espalda grave, seguro que te apoyará y revisará tu estado en cada consulta para comprobar que todo está perfectamente.
* Si eres novata, déjate aconsejar por el monitor o entrenador del gimnasio que te haga una rutina de ejercicios básicos.
* Trabaja con poco peso y muchas repeticiones. Debes evitar la sobrecarga de las articulaciones por efecto del aumento de los niveles de la hormona relaxina durante el embarazo. Aunque estés acostumbrada a levantar pesos altos, es mejor reducir el peso a la mitad y duplicar las repeticiones.
* Hidrátate antes, durante y después y evita las subidas de temperatura que pueden producir mareos y complicaciones por hipertermia.
* Respira durante los ejercicios y evita retener el aire. Mucho cuidado conla maniobra de Valsalva, en la que se exhala con fuerza sin soltar el aire, puede dar lugar a un rápido aumento de la presión arterial y la presión intra-abdominal, y puede disminuir el flujo de oxígeno al feto.
* Evita hacer ejercicios con zancadas. Estos movimientos aumentan el riesgo de daño al tejido conectivo en el área pélvica.
* Ten a la vista las pesas. Cuidado con las pesas libres que se te pueden descontrolar y acabar golpeando en el abdomen. Es mejor utilizar bandas de resistencia o trabajo en máquinas para controlar el peso y evitar los golpes.
* No levantes peso tumbada de espaldas. Después del primer trimestre, al acostarte boca arriba puedes presionar sobre la vena cava, disminuyendo el flujo sanguíneo al cerebro y el útero. Evítalo haciendo los ejercicios en ligera pendiente.
* Lleva ropa cómoda y transpirable. Si no te importa lucir la barriga, te encontrarás más a gusto con tops y pantalones bajos de cadera que te permitan moverte con más libertad.
* Escucha a tu cuerpo. Es la regla más importante en el embarazo, tanto para hacer ejercicio como para dormir o para alimentarte. Si notas molestias, tensión muscular o fatiga repentina, debes parar y comprobar que todo está en orden y que puedes seguir haciendo el ejercicio. Si la molestia persiste, para y no repitas ese ejercicio.
* Realiza los ejercicios de suelo pélvico. Controla tu respiración conscientemente durante todo el ejercicio para evitar las pérdidas de la orina y mejorar el tono muscular del suelo pélvico.
* Alterna los ejercicios con pesas con ejercicios cardiovasculares como andar, nadar, y hasta montar en bici o correr si estás acostumbrada. Así mantienes tu estado de forma y te resultará más fácil perder el peso y volver a hacer ejercicio después del parto.