
Un atleta aficionado entrena a la hora que puede, pero si pudiera escoger una, esta sería, en invierno, a las cinco de la tarde, y en verano, un poquito antes de las ocho. ¿Por qué? Por una razón de lógica: en invierno, las cinco de la tarde es la hora del día en la que hace más calor por que el sol ha lucido durante todo el día, y aún no ha anochecido. En verano, a las ocho el sol empieza a caer, pero aún hay luz, y la temperatura desciende un poquito.
"Rodri" también nos explica que "No conozco estudios en concreto sobre el tema que estamos tratando, pero yo, cuando entrenaba y cuando entreno a atletas, intentaba aplicar siempre el sentido común".
Sobre el hecho de entrenar a primera hora de la mañana o a última de la noche, como a muchos corredores nos sucede, el Jefe de Área de Entrenamiento de Runner's World cree que que "es desaconsejable, pero entiendo que a menudo el corredor es el único espacio que logra obtener a lo largo del día para calzarse las zapatillas y realizar unos cuantos kilómetros."
El ex-recordman nacional de maratón nos cuenta que "por la mañana, en ayunas, no recomiendo entrenar, porque al cuerpo le falta alimento y porqué muscularmente no está activado. A última hora del día el cuerpo ya demanda descanso y alimento, y los ritmos de entrenamiento a partir de ciertas horas de la tarde-noche, estos son inferiores a los de unas horas antes. Pero insisto, entiendo que no todo el mundo puede entrenar a las horas que más le plazcan, y siempre es mejor un rodaje a las siete de la mañana o a las diez de la noche, que no entrenar".
Dicho queda. Así que...¡A entrenar!