- Tener que esperar una máquina cuando hay una persona sentada sin hacer nada: y mira que normalmente en las normas del gimasio pone que dejemos las máquinas libres, pero siempre hay un grupo de amigos que se adueñan de una y no hay manera de trabajar ahí este día.
- Que alguien nos corrija siempre nuestros ejercicios: y no digo que esté mal, siempre es de agradecer que alguien se acerque a decirnos cómo se hace correctamente un ejercicio, pero de ahí a que siempre ande detrás de nosotros diciendo eso de: “no, no, no, así no se hace, ven que te enseño”. Aqui hablo tanto de monitores demasiado pesados como de gente que ni siquiera nos habla excepto para esto.
- Llegar a una máquina o banco y encontrárselo sudado: esto más bien es una falta de decoro por parte de los demás. Eso de no usar toalla en el gimnasio es poco higiénico y no se le debería de permitir a nadie, ni siquiera a los propios monitores.
- No poder hacer un ejercicio frente al espejo porque hay un grupo de vanidosos siempre mirándose. Esto que parece una exageración llega a ser habitual en algunos gimnasios, gente que acapara la zona del espejo y no para de levantarse la camiseta para verse las abdominales o hacer posturitas.
- Que algún salido/a no pare de mirarte en el gimnasio. Y siendo realistas esto es algo que sobre todo sufrís las chicas, la mayor parte de los casos en las clases colectivas. Seguro que hay a quien le encanta que le miren, pero sin duda es de las peores experiencias en el gimnasio.
- No encontrar las mancuernas o discos en su sitio: tan difícil no es poner las cosas en su sitio cuando acabamos nuestros ejercicios, pero hay gente que esto no es capaz de comprenderlo. Es una lata ir a por una mancuerna y no encontrarla, entonces viene la búsqueda por todos los rincones del gimnasio.