Sin progreso, sin variación, haciendo siempre lo mismo como parte de nuestro entrenamiento, nunca podremos avanzar sino que conseguiremos un estancamiento que tarde o temprano nos desanima. Por eso, es un buen momento para progresar junto con el inicio de un nuevo año y la llegada de mejores temperaturas.
Hay varias formas mediante las cuales puedes progresar en tu entrenamiento:
- Aumentar la frecuencia de entreno: si entrenamos dos veces a la semana quizá podamos entrenar tres veces a la semana de ahora en adelante.
- Incrementar el volumen de entreno: implica aumentar la duración de nuestra sesión de entrenamiento, si antes corríamos una hora quizá podemos incrementar cada semana unos 15 minutos para así poco a poco progresar en el volumen de entreno
- Aumentar la intensidad de entrenamiento: correr a mayor velocidad, cargar más peso en el gimnasio implicarán una mayor intensidad y demanda de esfuerzo a nuestro cuerpo.
Lo aconsejable es incrementar una de las tres variantes y una vez que nuestro cuerpo se adapta a, por ejemplo, mayor intensidad, incrementamos el volumen de entreno.
Antes de progresar, recuerda plantear un objetivo y en función de éste valorar los cambios.
Con progreso tendrás siempre motivación para seguir entrenando, continuarás viendo resultados y te gratificarás como al inicio. Por lo tanto, este es un buen momento para progresar.